Si vais a ser mamás o papás dentro de poco, es normal que os hagáis preguntas sobre cómo llevar a cabo correctamente el aseo del recién nacido. Ser madres y padres primerizos supone hacerse cargo de todas las necesidades de una nueva vida, entre ellas el cuidado de la higiene.
Si bien puede parecer algo simple, conocer las necesidades de la piel del bebé para llevar a cabo el correcto aseo del recién nacido es vital para prevenir el contagio de enfermedades e infecciones, preservar la salud y el bienestar del pequeño.
¿Cómo bañar a un recién nacido?
El baño es una de las partes esenciales del aseo del recién nacido. A la hora de bañar al bebé, la temperatura de la habitación debería encontrarse entre los 22 y 25 grados siempre que sea posible.
La temperatura ideal del agua son 36ºC. Podemos medirla con un termómetro de baño o, en caso de no contar con uno, probar siempre el agua previamente con el codo. Nunca debemos bañar al niño sin haber probado antes el agua, ya que podrían producirse lesiones en la piel.
Es aconsejable optar por bañeras elevadas para evitar que el padre o la madre tengan que agacharse cada vez. Es fundamental preparar con antelación todo lo necesario para el baño del bebé para tenerlo a mano, pues bajo ninguna circunstancia se debe dejar a un recién nacido sólo en la bañera o cambiador, ni siquiera unos segundos. Por esta razón, las bañeras en las que se puede poner el cambiador encima resultan muy útiles para las madres y padres primerizos, pues permiten secarlo y vestirlo fácilmente.
En el aseo del recién nacido se incluye también el secado, para el que se debe utilizar un albornoz o toall que cubra su cabecita, pues los bebés pierden calor por esta parte del cuerpo. Debemos asegurarnos también de que los pliegues, como ingles o axilas, queden bien secos.
En cuanto a las orejas y la nariz, lo ideal es secar a toquecitos sólo por fuera, con la toalla, un pañuelo o una esponjita blanda. No se debe hurgar ni utilizar bastoncillos.
Por otra parte, la hora del baño debe resultar cómoda para el niño. No importa si se realiza por la mañana, tarde o noche, pero sí es conveniente bañar al bebé siempre sobre la misma hora para establecer una rutina y hacerlo antes de las tomas. La duración del baño en los primeros días de vida no debe exceder unos pocos minutos, para evitar que el agua se enfríe.
Jabones y cremas adecuados para el recién nacido
La oferta de productos de aseo para el recién nacido en el mercado es tan amplia que puede resultar abrumador para las madres y los padres primerizos.
A la hora de elegir jabón para recién nacidos se aconseja optar por uno con pH neutro y sin perfume, dos requisitos que generalmente cumplen la mayoría de jabones etiquetados como especiales para bebés. Los pediatras aconsejan utilizar una pequeña cantidad, aplicar con la mano o una esponja suave de forma delicada y aclarar bien.
Por otra parte, aunque los recién nacidos suelen presentar piel seca en los primeros días de vida, en apenas una semana esta se adapta al exterior y se muestra suave, por lo que no es necesario utilizar cremas de forma rutinaria.
No obstante, en la zona del pañal sí se aconseja utilizar una pasta al agua para proteger al recién nacido de la irritación. En contra de la creencia popular, la Asociación Española de Pediatría desaconseja el uso de polvos de talco.
¿Cómo se deben cambiar los pañales a un recién nacido?
Cambiar de pañales con frecuencia es imprescindible en el aseo del recién nacido para prevenir la dermatitis. Los bebés pueden llegar a mojar unos 8 pañales por día, por lo que se recomienda inspeccionar el pañal cada dos horas (incluso menos tiempo en las primeras semanas) para evitar que la orina y las heces permanezcan mucho tiempo en contacto con la piel.
Al realizar la limpieza, tenemos que hacerlo suavemente, evitando frotar muy fuerte. Además, si se trata de una niña siempre debemos limpiar desde delante hacia atrás. En el caso de los niños, se empezará desde los muslos hacia el pene
No es necesario retirar toda la crema barrera en cada cambio de pañal, pero sí retirar bien el exceso de jabón para evitar que se reseque la piel de la zona.
Antes de poner el nuevo pañal debemos asegurarnos de secar bien la piel y los pliegues. Además, cuando sea posible, es aconsejable dejar al bebé periodos cortos sin pañal para que la piel “respire”.
En recién nacidos ¿toallitas húmedas o esponja?
Es muy común que madres y padres primerizos se pregunten si es mejor utilizar toallitas o esponja para el aseo del recién nacido.
Los pediatras lo tienen claro: siempre que sea posible, utilizar una esponja suave con agua y jabón. El uso excesivo de toallitas húmedas puede resultar muy irritante para la piel, por lo que conviene reservarlas únicamente para cuando nos encontremos fuera de casa.
La esponja que se utilice para la zona del pañal no se debe usar para lavar el resto del cuerpo y se debe lavar bien antes y después de cada uso.